Espectáculos simulados

En el texto de Leonardo Ordoñez Díaz, «La realidad simulada. Una crítica al reality show», se presenta un análisis acerca de la producción de reality shows y el impacto que estos tienen sobre el público. El autor plantea que los realities son una simulación de la vida diaria, en la que buscan convertir dicha realidad de la cotidianidad en un espectáculo que entretenga a la tele-audiencia.

La realidad que el show transforma en espectáculo consiste ante todo, en vivencias espontáneas, en las que se buscan recrear situaciones llamativas que capturen la atención de la tele-audiencia y les resulten a la vez inesperadas. Es común que en los realities se tome como base la representación realista en los escenarios y las experiencias de los concursantes para simular circunstancias en apariencia extraídas de la vida diaria.

Para la representación de los escenarios y experiencias, los realities ofrecen a la audiencia una “imagen cuya transparencia finge la realidad de la manera más eficaz posible: mostrándola” (Ordoñez, 2005, p. 57). Así, el autor sugiere que la importancia de la representación sobre la realidad está en que la imagen que nos creamos, no necesariamente es lo que somos, sino lo que queremos ser. Ordoñez (2005) también afirma que nadie vive su vida con el fin de mostrarla, por lo tanto, no se puede obtener un grado de realidad considerable de estos formatos, ya que la vigilancia hace que los concursantes finjan constantemente puesto que en las personas siempre hay un deseo de ser reconocidos por los demás.

En la simulación de dicha representación, la industria de la imagen se encarga de llevar al contexto del programa las producciones capaces de seducir al público, ya que en el desarrollo de estos formatos se vuelve vital mantener una intervención constante, capaz de conservar a la audiencia intrigada y atraída. Lo anterior se logra por medio de la consolidación y caracterización de la ilustración de los personajes; aunque también es posible  generar circunstancias que sean capaces de imitar un grado de espontaneidad elocuente pero inexacta, con el fin de distraer invariablemente al público.

A manera de conclusión, el autor afirma que los realities y nuevos formatos encauzan a los medios visuales hacia el consumo del entretenimiento masivo, utilizando la percepción de la imagen como vehículo de distracción. Ésta percepción de la imagen, disminuye la posibilidad de la exploración y documentación exhaustiva de la realidad, vista no como simulación, sino como una serie de acontecimientos diarios que se escapen a lo anodino y aun así puedan ser vistos como hechos reales.

Referencias

Ordoñez, L. (2005). La realidad simulada. Una crítica al reality show. Revista de análisis político (54), 49 – 62.

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